martes, 27 de febrero de 2018

IGNACIO ABELLA
El texu de reunión Peñamayor, con Amable

     Así cuenta Ignacio Abella, el Cronista de los Árboles, su providencial encuentro con Amable, conocido como "Mable"

     Atravesábamos el Texeu de Peñamayor, un día radiante de diciembre de 2007. Reinaba, como siempre, el silencio en esta apartada tejeda, de árboles centenarios, cuando, en mitad del bosque, entre los más viejos y gruesos tejos, encontramos a Amable, un anciano de 88 años que caminaba ágilmente, pese a la dificultad del terreno. De aquel encuentro surgió una amistad que ha perdurado y crecido hasta hoy. Desde entonces, Amable nos ha ido mostrando las fuentes y los pasos de la montaña, los lugares recónditos y secretos de esta sierra abrupta. Y, cada vez, hemos tenido la sensación de estar ante el último representante de una raza sobria y sabia que supo conservar el amor hacia la tierra y el bosque y expresarlo a través de toda una cultura en la que el árbol fue principio y fin.
     Desde entonces han pasado ya varios años y, cumplidos ya los 97, sigue mostrándonos los árboles que va dejando a su paso, junto a caserías y cabañas, y por todos los alrededores. De su pequeño vivero han ido saliendo hermosos plantones como el que puso este mismo año junto a la capilla de la Vírgen de la Velía.

     La última vez que lo vimos, al preguntarle si continuaba plantando tejos, nos espetó con toda naturalidad: “yo, seguiré plantando árboles mientras respire”…. Y, como quien descubre un secreto largamente guardado, Amable nos llevó hasta el centro del pueblo para enseñarnos el tocón del viejo tejo que durante siglos presidió la comarca.
     Bajo el Texu se hacían los juicios y reuniones de vecinos, porque, como confesaba Amable: “El texu era ayuntamiento y juzgado, porque…. Como dice Amable: “Lo que se acordaba aquí era sagrado”.

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     Amable Vallina González, el vecino de Melendreros conocido como "Mable" y reconocido por su promoción de los tejos, árboles que plantó y ayudó a plantar durante años, falleció el 17 de enero de 2018, en Bimenes a los 97 años de edad.





Se plantaron los 97 texos en la viesca de Mable
     Ayer fue el día en el que estábamos convocados para plantar los texos que van a constituir la viesca de Mable, acto  que ha tenido mucha participación de gentes venidas de lugares diversos de la Península Ibérica. Se plantaron 97 ejemplares de la cornisa cantábrica, algunos donados por la familia de Mable, otros por Ignacio Abella, otros venían de Cantabria. En fin, todo armonía y buen ambiente en un día en el que el tiempo nos dió una tregua y dejó de llover para que se pudiera llevar a cabo la plantación sin mojarse.
     Los principales plantadores eran los niños y luego los mayores que por allí andábamos terminamos la tarea. Al finalizar la plantación Xuacu Amieva nos tocó un par de piezas, una de ellas el Canciu’l texu rodeado de los participantes y a continuación los familiares de Amable Vallina descubrieron una placa realizada por una artesana vallisoletana, Dori Nieto; por último se leyó un texto por un miembro de Amigos del Tejo y las Tejedas, Fernando Vasco. Todo estupendo. La prensa regional lo recoge en su edición digital, tanto El Comercio como La Nueva España.
     Dejo aquí un pequeño vídeo que hice yo (la calidad no es buena) en la visita que hicimos en marzo de 2014 al texu de Paragües.
     Cerramos el ciclo, pero abrimos otro y es el que denomino efecto Mable, su respeto por la naturaleza es algo que ha calado. Gracias Mable por tu generosidad, por el ánimo que tenías y por esa sonrisa pícara que siempre estaba contigo. Un honor haberte conocido.

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Este es mi pequeño homenaje a un plantador de árboles
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